EDUCAR BIEN CON TOMÁS DE ANDRÉS TRIPERO

18 sept 2007

LA MEMORIA DE LOS BEBÉS

¿Pueden recordar los bebés? ¿Podemos recordar las experiencias vividas durante nuestro primer año?

Prof. Tomás de Andrés. Dptº de Psicología del desarrollo y de la educación de la U.C.M.
e-mail: tomandre@edu.ucm.es


El recién nacido necesita de estímulos adecuados, dentro de los márgenes sensatos de la estimulación, ni poca ni excesiva, para su primer desarrollo cerebral. Por ello, los dos primeros años de vida son de especial importancia para el desarrollo de las redes neuronales de comunicación del cerebro, para el desarrollo de su personalidad y de sus capacidades intelectivas.

Durante el primer año utiliza sus sentidos para organizar sus experiencias y a partir de los tres meses comenzarán a ser capaces de relacionar lo que ven con lo que oyen, con una precisión que irá en aumento. ¿Te habías dado cuenta de que los bebés se pasan la mayor parte de su primer año escuchando y siguiendo con detenimiento todo lo que ocurre a su alrededor, mirando el mundo para ver cómo funciona? Muchas de esas cosas observadas, - sonidos, imágenes, sabores, olores y sensaciones táctiles -, pasarán a ser elementos significativos de su memoria primera. Para bien o para mal. Lo que explicaría que siendo mayores detestemos ciertas experiencias sensoriales y que nos sintamos atraídos por otras.

Las primeras acciones de un bebé son de carácter reflejo, pero a medida que éstos se adaptan a la experiencia se van adquiriendo los primeros hábitos; los primeros ejercicios que logran que, por repetición de las acciones, el cerebro reciba información no sólo de lo que el cuerpo va siendo capaz de hacer sino también de cómo se siente al hacerlo.

La memoria, esa función psíquica superior que permite la retención temporal de la información, empieza durante el desarrollo del primer año a codificar habilidades y sensaciones físicas y motrices. Si tiene hambre no succionará cualquier cosa: ya sabe, o recuerda, que sólo los pezones le pueden calmar esa sensación, que el chupete le entretiene y le alivia pero no le alimenta…

Después de los tres meses los bebés interactúan con personas y objetos buscando sensaciones interesantes; son capaces ya, a los cuatro, de recordar que determinado juguete o comida o presencia humana, no sólo siguen existiendo cuando no son percibidos sino que pueden además proporcionarle más o menos placer. Su memoria les permite anticiparse a las situaciones y esperar de ellas los resultados previstos.

El impulso de sus destrezas motoras y sensoriales durante el primer año les va a permitir una búsqueda activa de las situaciones y cosas deseadas pero también el encuentro inevitable con sorpresas desagradables y frustraciones.

Se aprende a prestar atención y a recordar lo que me gusta y lo que no, lo que me proporciona alegría o me pone triste, El recuerdo se hace cómplice de lo que somos y de lo que no somos, se hace partícipe en definitiva, del nacimiento de nuestra incipiente personalidad. A los tres años somos básicamente, en lo que a nuestra personalidad se refiere, lo que seremos a partir de entonces y a lo largo de la vida.

Evidentemente y de manera directa en el bebé funciona la llamada “memoria implícita”, una memoria muy sujeta a la adaptación sensoriomotriz, a la experiencia del entorno, especialmente durante el primer año. Una memoria orientadora que facilita la supervivencia y la superación de los errores.

Pero, curiosamente, los adultos tenemos muchas dificultades para recordar acontecimientos que van más allá del tercer año a no ser que se trate de algo que los familiares nos han contado o que hemos visto en imágenes familiares recogidas en nuestra infancia más tierna.

Este fenómeno natural recibe el nombre de “amnesia infantil”, no hace falta que nadie borre nuestros recuerdos como algunos pretenden ahora; los recuerdos, por gracia o desgracia, se suelen borrar solos. Se borran porque ya han cumplido la función de formar las bases de nuestra conciencia y de nuestro pensamiento o porque algunos nos hacen daños y somos capaces - solitos o solitas - por nuestros propios medios neuronales, de mitigarlos.

No sabemos si con las actuales pretensiones de castración cerebral, en esos dudosos (dudosos desde la perspectiva de la bioética) intentos farmacológicos de suprimir los malos recuerdos en un área del córtex prefrontal, se llegará a eliminar también la sombra que esos primeros recuerdos infantiles dejaron en el dibujo de los claro-oscuros de nuestra inicial personalidad.

Porque aunque hasta el segundo año no podamos hablar de “memoria explicita”, aquella que se hace consciente del pasado de los hechos y experiencias concretas, esas experiencias han dejado la huella sobre la que caminará en el futuro nuestra forma de ser.

Sí, las vivencias, experiencias, situaciones, acontecimientos de nuestro primer año suponen los cimientos, no visibles, pero indispensables de la arquitectura de las regiones de nuestro cerebro implicadas en el proceso de la memoria que sirvió, entre otras cosas, para dar los perfiles más íntimos a nuestra más oculta personalidad.


49 Comments:

At 11:17, Blogger Nerea said...

Como se señala en el artículo , el recién nacido necesita de estímulos adecuados para su primer desarrollo cerebral . Y el desarrollo de la capacidad de movimiento es un aspecto que influye de forma determinante en la organización de la actividad mental . Además el sistema nervioso del bebé ya está formado al nacer , y existen conexiones nerviosas que permiten movimientos muy precisos en respuesta a un determinado estímulo .

La actividad mental del bebé se desarrolla desde el nacimiento hasta los seis primeros meses enriqueciéndola constantemente con la experiencia diaria en el mundo exterior .

Evidentemente , la actividad mental del bebé en este primer período de la vida está muy lejos de la complejidad , no digamos ya de la del adulto , sino incluso de la de un niño de tres años ; pero ya ha dado un primer paso adelante respecto a la organización , sobre la base de la experiencia y de las sensaciones procedentes del exterior o del interior .

Por último , quería terminar diciendo que la actividad mental del recién nacido no es sólo un pálido reflejo de lo que es capaz de lograr la mente humana , sino que es también la base para el futuro desarrollo de otros procesos intelectuales más complejos , así como la clase de actividad mental de la que nos servimos constantemente sin darnos cuenta .

 
At 14:06, Anonymous Anónimo said...

Es verdad lo que explica Tomás de Andrés, los niños tienen recuerdos ya antes de cumplir el año.
Los bebés reconocen rostros y también objetos y situaciones. Sino fuera así, ¿por qué los bebés a los 8 meses tienen temor a las personas desconocidas?. A esto se le llama "memoria de reconocimiento" que consiste en reconocer objetos o personas que ya habían visto antes.
Por esto, pienso que es tan importante la Educación Infantil. Las experiencias afectivas de estos años es muy importantes porque dejan huellas imborrables en la personalidad del niño. El cariño y la felicidad que un niño reciba ahora serán la base de su desarrollo y equilibrio futuros.
En mi opinión, para que los bebés puedan tener esos recuerdos, es necesaria una adecuada estimulación. Creo que es imprescindible que los niños entre 0 y 3 años acudan a la Escuela Infantil ya que debido a la sociedad en la que vivimos puede que muchos bebés no estén correctamente estimulados porque los padres no tienen los conocimientos suficientes para ello ni el tiempo necesario.

Cristina Rubio

 
At 04:08, Anonymous Anónimo said...

"Memoria de los bebés" así se titula este texto de Tomás de Andrés, leyendo solo el título a todos nos hace pensar, seguramente ninguno tenemos recuerdos de cuando eramos bebés o simplemente creemos que los bebés no tienen recuerdos, pero nada mas lejos de la realidad, si leemos el texto detenidamente lo entenderemos.
El niño desde pequeño se pasa el dia observando y procesando estimulos, estos primeros estimulos pueden condicionarnos para una edad más avanzada, como el hecho de que nos gusten unas cosas y no otras.
La mayoria de los conocimientos y logros que tiene el bebé en su etapa primera son fruto de la repetición, tanto de las cosas que ven como de las que les enseñamos.
El bebé muy pronto aprenderá lo que le gusta y lo que no y tambien reconoce a las personas de su alrededor, por lo tanto podemos hablar de recuerdos.
Como conclusión, quiero que quede claro que en el primer año se tiene recuerdos pero son recuerdos de cosas practicas, que ayudan al niño en su dia a dia y no recuerdos como nosotros lo entendemos.

 
At 10:50, Anonymous Anónimo said...

LA MEMORIA DE LOS BEBÉS


A partir de los 12 meses los bebés comienzan a tener la llamada “memoria implícita, que consiste en que los niños comienzan a tener pequeños recuerdos de lo que le sucede o les ha sucedido.

Suelen recordar determinadas situaciones o imágenes porque les ha llamado la atención, o porque tal vez lo asocian con algo...

Algo curioso, es que a medida que crecemos nos vamos quedando con menos recuerdos de nuestra infancia.

También hay recordar que ha medida que el niño va creciendo va experimentando memorias de distinto tipos como la memoria explícita, visual...





Patricia Resino Domínguez.(2º PEDAGOGÍA)

 
At 01:55, Anonymous Anónimo said...

Cuando nacemos actuamos en base a reflejos, que son conductas automáticas que se activan ante un determinado estímulo, es una respuesta automática desarrollada y perfeccionada a través de la evolución de la especie humana. Pero a medida que vamos creciendo, nuestros circuitos neuronales se van formando son cada vez mas numerosos, esto es posible gracias a la estimulación que recibimos cada día a través de las diferentes personas, objetos, conversaciones, a través de las caricias que nos dan, de lo que vemos...aquello que capta nuestra atencion desde el momento que nacemos.

Los reflejos van desapareciendo a medida que vamos aprendiedo esas conductas,a través de la azquisición de pequeños recuerdos. La memoria tambien se desarrolla por estimulación. Antes se creía que un bebe no podía recordar nada hasta los tres años más o menos, lo cierto es que teníamos esa idea por que es a esa edad cuando los adultos podemos empezar a recordar, es decir, que los adultos no podemos recordar otra cosa antes de esa edad, aproximadamente.

Hasta hace poco se creía que los bebés no podían tener recuerdos que duraran, por lo que he comentado anteriormente, pero en la actualidad se sabe que a los ocho meses, la mayoría de bebés son capaces de recordar de la misma forma en la que lo hacen los adultos.

Aunque la capacidad de recordar está presente desde que el bebé esta en el vientre de su madre, la peristencia de la memoria se hace cada vez mas duradera desde los primeros 18 meses de vida, por ello cada día debemos estimular su memoria y así conseguir que desarrolle una memoria de elefante.
Es imprescindible rodearle de un ambiente de serenidad, afecto, alegría... de esta manera estimularemos su atención y potenciaremos su memoria.

Para ello los padres tendrán que “perder” mas tiempo con ellos.

Atentamente, Irene Tártalo Pérez. 2º pedagogía.

 
At 06:47, Blogger Mirella Pérez (2º Pedagogía) said...

Tras haber leído el artículo, resulta muy interesante la idea. ¿Realmente pueden recordar los bebes?

Los bebes cuando nacen están carentes de las experiencias y sensaciones del mundo exterior, y son los primeros años de vida los que les aportan la mayor cantidad de información que les va a marcar su personalidad e incluso su inteligencia.

Pero es cierto que lo único que les proporciona experiencia son las sensaciones que perciben por los sentidos y es la acción de repetir esas sensaciones lo que hace recordarlas para la próxima vez. Así pues, la memoria les permite anticiparse a las situaciones y esperar de ellas los resultados previstos.

Cuando pasan los primeros años de vida, en los que han adquirido numerosos conocimientos es cuando aprenden o adquieren la habilidad de recordar cosas que no necesariamente tienen que ser una experiencia sensorial. Pero lo que si que es cierto es que hay cosas que reconocemos sin saber cuando las hemos visto u olido…y estas son las que nunca se olvidan.

Por tanto tal y como dice el texto, las experiencias, situaciones y acontecimientos son los cimientos de las regiones de nuestro cerebro implicadas en el proceso de la memoria

 
At 07:37, Anonymous Anónimo said...

Es posible que muchos de nosotros pensemos que los bebés no tienen memoria, debido a que nosotros hoy día no podemos acordarnos de cosas que sucedieron cuando éramos bebés. Sin embargo, sí tienen memoria, lo que sucede es que es diferente a la que se tiene en la edad adulta.
Nos consta que los bebés pueden recordar, puesto que sabemos que reconocen el olor de la madre, sus besos, la voz, su silueta, reconocen a su padre, abuelos, hermanos…es la denominada memoria de reconocimiento, pero no pueden catalogar sus recuerdos porque aún les falta desarrollar la conciencia del tiempo y contexto; para saber dónde y cuando sucedieron las cosas, poseen inicialmente una memoria inconsciente.
La función del reconocimiento de las cosas u objetos y personas que le rodean, se produce en el bebé desde su nacimiento y constituye la forma más simple de memoria. Con el pasar de los días y las semanas se establece una rutina del día a día, con ello verá cosas y personas conocidas o cercanas, por lo que comenzará a desarrollar la memoria a corto plazo, empezando incluso a entender algunas palabras (a los 6 meses aproximadamente).

La memoria es una parte importante del aprendizaje humano, ya que va a ser la que va a formar nuestra personalidad, indicándonos cuales son nuestros gustos y preferencias, y cuales son las cosas que no nos gustan o desagradan.

Los bebés perciben un objeto como algo que vieron en el pasado, lo cual no exige un gran esfuerzo de recuperación de información, y parecen que pueden empezar a olvidar la información de forma casi inmediata.
La memoria va ampliándose con los años, aunque los bebés de cualquier edad tienden a reconocer y a recordar más aquellos aspectos cotidianos que tienen un efecto positivo o negativo en su vida, como comentábamos antes que recuerdan la silueta de su madre, o no les gustan ciertos objetos.

Al encontrarse el bebé con objetos que aparentemente había olvidado puede llevar, a su vez, al restablecimiento de la memoria. En los bebés de dos y tres meses, los recuerdos pueden ser restablecidos a las dos semanas de haber sido olvidados. Los de seis meses pueden recordar fácilmente sólo después de una semana de haber olvidado, ya que son más rápidos en codificar y en extraer los recuerdos, ya tienen conciencia sobre la existencia de objetos o personas que no están a su vista. Antes, si los padres escondían un juguete, el bebé se olvidaba rápidamente de él. Sólo existía lo que veía en cada momento, surge por lo tanto, el olvido como una forma de memoria.
Aproximadamente a los siete meses es cuando los bebés empiezan a dar muestras de recordar su vida cotidiana.

Por ello, la ayuda de los padres es muy importante para el desarrollo de la memoria del bebé, con técnicas como la repetición diaria de una serie de actos. También existen otros factores que contribuyen al desarrollo de la memoria en los niños más pequeños, como la guardería y programas de televisión específicos para los más pequeños. Todo esto va a ser algo esencial para el desarrollo intelectual futuro del bebé, y la formación de su personalidad.

Finalmente, pienso que si no recordásemos nada de lo vivido, nos sentiríamos fuera de lugar, no sabríamos ni quienes somos, ni dónde vivimos ni de donde venimos, no tendríamos rumbo fijo, tampoco sentimientos de nostalgia, ni historia, puesto que no sabríamos nada de nuestro pasado, ni que queremos ser en un futuro. Me doy cuenta del caos que sería no tener memoria, la vida no tendría sentido. Es cierto que para poder vivir, también necesitamos olvidar, ya que si almacenásemos todos los recuerdos podría ser perjudicial para nosotros y estar presentes ante un grave problema, debido a que si no olvidásemos acontecimientos de nuestra vida negativos, a parte de tener la posibilidad de padecer problemas cerebrales, tampoco podríamos vivir felices, porque no podríamos superar el dolor, mentiras, engaños, muertes… mantendríamos los acontecimientos o recuerdos de la vida siempre muy reciente, sería un sin vivir. Por lo que pienso que es tan importante la memoria, como el olvido.


Vanessa Vizuete Gómez, 2º Pedagogía, M2.

 
At 10:07, Anonymous Anónimo said...

Me parece muy interesante esta pregunta de si los bebés pueden recordar, ciertamente este recuerdo funciona como un tipo de aprendizaje más en nuestra vida, ya que gracias a él los niños son capaces de identificar objetos, sonidos, personas... que formaron parte de ese inicio de sus vidas, son capaces de saber, por ejemplo como se menciona en el texto, que si tienen hambre sólo los pezones les podrán calmar. Es decir, van adquiriendo un conocimiento de cómo actuar, de cómo funcionan las cosas, en definitiva de todo lo que les rodea.
Respecto a la necesidad de una estimulación para que dicho recuerdo se produzca estoy de acuerdo, ya que si algo no nos estimula, no nos motiva, no lo prestaremos atención y por lo tanto, no podremos guardar una imagen de él que nos sirva para posteriormente llevarlo a cabo o simplemente que nos sirva para poder seguir desarrollando nuestras capacidades.
En conclución, todos los recuerdos que tenemos durante la infancia nos ayudan a ir formándonos poco a poco, es la capacidad que nos permite ir evolucionando. Una vez que han cumplido ese objetivo son eliminados, pero según mi punto de vista no se borran todos siempre queda alguno que, eso sí, para poder recordarlo precisamos de la ayuda familiar o el contacto con algo que se identifique con ello.

Andrea Martín

 
At 12:58, Anonymous Anónimo said...

A la pregunta a la que hace referencia el texto, muchos de nosotros somos incapaces de recordar algunas experiencias vividas a lo largo de nuestro primer año de vida.
Estoy de acuerdo con lo que se explica en el texto, que la mayor parte de los bebes, pasan gran cantidad de momentos observando.
Si observamos a un niño de esta edad, nos damos cuenta de que están "pendientes" de lo que ocurre a su alrededor.
Todo esto que observan, pasa a formar parte de su memoria primera, y con esto ocurrirá que cuando sean mayores, quizá no sean capaces de acordarse de ciertas experiencias con nitidez, pero si detectarán algunas experiencias sensoriales lo que producirá una atracción hacia algunas cosas.
Estoy de acuerdo de que los recuerdos nos hacen cómplices de lo que somos y de lo que no, algunos recuerdan lo que les gustaba o lo que les entristecía.
Al igual que expresa este artículo, creo que todos tenemos dificultades para recordar acontecimientos que van mas allá del tercer año a no ser que nos lo cuenten nuestros familiares.
Había escuchado en algunas ocasiones referirse a la "amnesia infantil" y que los recuerdo se borran pero es interesante saber que se eliminan porque han formado parte de las bases de nuestra conciencia.
Me parecería interesante el hecho de suprimir malos recuerdos a través de intentos farmacológicos, porque creo que evitaría posibles dificultades en el desarrollo de su personalidad.

Tatiana Saavedra Gallardo 2º pedagogia

 
At 10:26, Anonymous Anónimo said...

Buenas tardes.

Este artículo es muy curioso,¿cómo es posible,que los más pequeños tengan acceso a la memoria,si ni si quiera,saben hablar?,¿cómo pueden organizar las imágenenes en su mente para recordarlas?.
Es lógico que el ser humano busque y se apoye en sus sentidos como método de conocimiento y desarrollo cognitivo,ya que son el pilar fundamental para poder llevar a cabo cualquier tarea.

La organización mental del bebé aún se tambalea, en comparación con la de un adulto,pero nos soprendería conocer las capacidades que aquellos tienen para reocordar.Recordar es más complejo que reconocer, ya que tiene lugar en la ausencia del objeto o de la información a recordar, y, por tanto, implica una recuperación del recuerdo en la memoria a largo plazo.

Los encuentros con objetos aparentemente olvidados pueden conducir al restablecimiento de la memoria. En los bebés de dos y tres meses, los recuerdos pueden ser restablecidos a las dos semanas de haber sido olvidados,los de seis meses pueden recordar fácilmente sólo después de una semana de haber olvidado, ya que son más rápidos en codificar y en extraer los recuerdos.

Parece imposible, que un recién nacido sea capaz de tanto,pero no nos deberíamos de extrañar de nada,son potencialmente capaces de cosas muy dificultosas.

Por último me gustaría señalar la importancia que tiene el papel de los padres para el desarrollo de los bebés, son ellos quien tienen que fomentar mediante el juego,y otras técnicas, el buen desarrollo sensorial de sus pequeños.


(Javier Bermejo Fernández-Nieto)

 
At 10:37, Anonymous Anónimo said...

Debido a la importancia que se le ha dado en este artículo al desarrollo cerebral, me gustaría hacer una aportación que muchos de mis compañeros de mi universidad ya sabrán, pero es posible que no hayan caído en la cuenta. Los seres humanos somos los animales que tenemos la infancia más prolongada de todos los animales, y es eso precisamente lo que nos diferencia de los demás. El hecho de asentar unas buenas bases (tanto por estímulos, recuerdos, capacidades cognitivas superiores,...)es lo que nos permitirán en un futuro poder desarrollar lo que actualmente llamamos inteligencia y la memoria. Según autores destacados como es el caso de Gardner, el mejor método para estimular la inteligencia de los niños es el juego. Pero como según este autor, existen diferentes tipos de inteligencia, también deberemos elegir por tanto distintos tipos de juegos según la inteligencia que deseemos que desarrolle el niño. Acontinuación aportaré un beve resumen a modo de guía, pero para aquellos que estén interesados al respecto quizá deberían leerse artículos más extensos sobre el tema.
Para desarrollar la inteligencia linguística :contribuyen a desarrollarla todos aquellos juegos que estimulen el uso de la palabra en situaciones prácticas. Ejemplos: micrófonos, teléfonos, objetos que representen instrumentos en la vida real.

Inteligencia lógico-matemática: puede ser estimulada a través de todos aquellos juegos que impliquen la comprensión de relaciones de cantidad y patrones lógicos. Ejemplos: rompecabezas, cajas con piezas de diferentes formas y colores, encastres, juegos de comparación y de seriación.

Inteligencia espacial: esta inteligencia tiene que ver con la capacidad de pensar en tres dimensiones, por lo tanto ayudan los juegos que permitan la representación de imágenes y las interrelaciones de espacio, forma, figura, línea y color. Ejemplo: mosaicos de formas y colores, bloques y laberintos, cuentas para ensartar o enhebrar.

Inteligencia físico-cinestésica: es la que le permite al niño manipular objetos y perfeccionar habilidades motrices y los juegos que ayudan son aquellos que promueven sensaciones somáticas, de equilibrio físico y de aprendizaje manual. Ejemplos: juegos de arrastre, de exterior, caballos para montar, palitos chinos, trompos.

Inteligencia musical: es la que prevalece en niños muy sensibles al ritmo, la melodía, el tono y la armonía, y es dearrollada por todos aquellos juegos que involucren la percepción de sonidos musicales y armónicos. Ejemplos: instrumentos musicales, equipos de música.

Inteligencia interpersonal: versa sobre la capacidad de comprender a los demás e interactuar con ellos y los juegos que ayudan son todos aquellos que facilitan la comunicación social y el contacto afectuoso con los demás. Ejemplos: juegos de mesa, títeres.

Inteligencia intrapersonal: se le atribuyen a ésta las capacidades de las personas para construir percepciones precisas de sí mismas; por tal motivo, los juegos que asisten en este caso son los que faciliten la concentración individual y las premisas de introspección. Ejemplos: juegos electrónicos de uso individual, juegos didácticos de autocorrección.

Inteligencia naturalista: se relaciona con la observación de los modelos de la Nauraleza. Ejemplos: juegos de granja, animales, jardinería.

Por último, aunque hay algunos juguetes que desarrollan solamente una aptitud, la mayoría sirve para más de un propósito.
Dicho esto, queda totalmente demostrada la teoría (según mi criterio) de que la educación debe darse desde una edad lo más temprana posible, y serán los padres los que deban proporcionársela en primera instancia. Quizás el mayor problema que yo vea es que muchas veces los padres no tienen los conocimientos necesarios para desarrollar todas las capacidades posibles que podría desarrollar un niño, o por lo menos no tantos como los educadores. Pero si realizamos una acción conjunta entre ambos, se podría llegar por lo menos a concienciar sobre la importancia de esos primeros años de vida, (que marcarán el futuro del niño) y se intentará por todos los medios que se desarrolle de la mejor manera posible.
Laura Menéndez Ropero

 
At 11:37, Anonymous Anónimo said...

Es casi de sobra sabido que los 2 primeros años de vida del niño son esenciales para el desarrollo de sus redes neuronales y el consecuente desarrollo de sus capacidades intelectivas así como de su personalidad.

Pero para ello, necesita los estímulos adecuados,ni exceso ni defecto, ya que los niños, sobre todo durante el primer año, utilizan los sentidos para organizar y dar sentido a lo que les rodea, a sus experiencias.

Sobre los 3 meses, se puede decir que empiezan a relacionar la información visual (lo que ven) con la información auditiva (lo que oyen), "OBSERVAN, ESCUCHAN, LO QUE PASA A SU ALREDEDOR, MIRANDO EL MUNDO PARA VER COMO FUNCIONA"

Por ello esas primeras imágenes, sonidos, olores...pasarán a su memoria,para bien o para mal.

Esto puede explicar ciertas reacciones posteriores, favorables u adversas ante ciertas experiencias.

Después de los 3 meses, empiezan a interactuar con personas y objetos y a los 4 son capaces de recordar, a partir de aquí, la memoria les permite anticiparse ante ciertas situaciones ya vividas y esperar una determinada respuesta.
Con el recuerdo, nos hace reconocer lo que nos agrada o no y , por tanto, se empiezan a sentar las bases de nuestra personalidad.

A pesar de todo esto, todos con cierta edad,nos encontramos con dificultades para recordar situaciones más allá de los 3 años.

Esta incapacidad o dificultad para recordar dichos hechos, se conoce como " amnesia infantil" y consiste, simplemente, en que esos recuerdos se borran porque ya han cumplido la función para la que estaban destinados: sentar las bases de nuestra conciencia y pensamiento o bien porque eran recuerdos no gratos.

En definitiva, aunque teóricamente hasta el 2º año de vida no se pueda hablar de memoria explícita (memoria que nos hace conscientes del pasado de los hechos y experiencias determinadas, esas vivencias han marcado huella en nuestra personalidad, en nuestra forma de ser.

Para cerrar mi comentario, cito una frase, que creo que servirá como guinda para lo anteriormente plasmado:

"LOS ACONTECIMIENTOS, VIVENCIAS, EXPERIENCIAS...DE NUESTRO PRIMER AÑO, FORMAN LA BASE, NO VISIBLE, PERO FÉRREA E IMPRESCINDIBLE DE LA TRAMA CEREBRAL ENCARGADA DEL PROCESO DE MEMORIA, QUE SIRVE PARA MOLDEAR Y ESBOZAR NUESTRA PERSONALIDAD"

 
At 13:41, Anonymous Anónimo said...

Antes del momento de nacer los fetos perciben sensaciones a través de los sentidos que van guardando en su memoria. Debido a esto, es posible que los bebés en el momento de nacer puedan detectar a sus madres mediante su olor o su voz, que pueden percibir aún estando dentro del vientre materno.

Una vez que han nacido siguen desarrollando sus sentidos según van creciendo. La memoria va a influir en el habla, puesto que los niños memorizan lo que oyen y cuando tienen la posibilidad de reproducirlo comienzan a hablar. El comienzo del habla son balbuceos porque todavía no tienen la capacidad lingüística para decir palabras claras. Después de los balbuceos comienzan a decir palabras cortas y fáciles como: “mamá”, “papa”…
El acto del habla es debido a las repeticiones que escucha.

Los bebés pueden reaccionar a algún estímulo de diferente manera. Dependiendo de si recuerdan esa percepción como algo agradable, que les hizo felices… o, por el contrario, algo desagradable, que no les gusto o les hizo llorar…

Según el paidopsiquiatra Daniel N. Stern, hacia el tercer o el cuarto mes de vida, el desarrollo de la memoria del bebé le permite darse cuenta de que existen cosas que van siempre juntas y que no cambian. A medida que avanza el desarrollo de su motricidad, logra identificar lo que es parte de sí mismo ya que una intención está ligada a una sensación proveniente de un movimiento muscular. Un brazo, por ejemplo, que él visualiza delante de sus ojos, lo cual permite que el bebé haga progresivamente la diferencia entre él mismo y los otros y comience, así, a organizar su mundo social.

María Jesús García García

 
At 14:08, Anonymous Anónimo said...

Nos resulta difícil creer que los bebés tienen memoria ya que nosotros no somos capaces de acordarnos de cosas que nos sucedieron cuando éramos bebés, pero estudios han demostrado que realmente los bebés si que tienen memoria.

Las células nerviosas que activan la memoria se desarrollan en el tercer trimestre de gestación del feto, aunque el recién nacido necesita unos estímulos adecuados para su primer desarrollo cerebral, por lo que hasta los dos años es muy importante el desarrollo de las redes neuronales de comunicación del cerebro, para el desarrollo de la personalidad y de las capacidades intelectivas.

Por lo que se ha podido comprobar sabemos que el recién nacido es capaz de recordar, pero todavía no ha desarrollado la conciencia de tiempo y contexto, por lo que no será capaz de catalogar sus recuerdos, los recién nacidos tienen una memoria de reconocimiento y reaccionan ante olores, sonidos y las cosas que los rodean, pero no será una “memoria explicita” ya que hasta el segundo o tercer año de vida no podemos hablar de una memoria que se hace consciente del pasado de los hechos y las experiencias que han dejado una huella sobre la que caminará nuestra personalidad.

Por otra parte que no seamos conscientes de esa “memoria implícita” y no podamos recordar nada de nuestra infancia hasta los 3 años de edad, no significa que los hechos y las experiencias que nos sucedieron en aquel tiempo, se hayan perdido, ya que van a ser los cimientos de las regiones de nuestro cerebro, y van a estar implicadas en los procesos de creación de los perfiles de nuestra personalidad.

En mi opinión, si que es cierto que no consigues tener ningún recuerdo desde el primer momento de vida y que no consigues ningún recuerdo realmente claro hasta los tres años de edad y que realmente se empiece a formar nuestra personalidad en ese mismo momento, pero la personalidad es muy difícil de definir a tan temprana edad, y conforme pasan experiencias a lo largo de la vida esta personalidad se puede modificar, por lo que posiblemente al modificar esta personalidad no quede nada de lo que fuimos cuando teníamos tres años.


Almudena Tendero Picazo

 
At 04:50, Anonymous Anónimo said...

La memoria de los bebés se desarrolla lentamente en el primer año de vida y se fortalece en los siguientes 12 meses.

Hasta los 9 meses, el bebé ya tiene prácticamente la cantidad definitiva de neuronas. Son raras las personas que se acuerdan de hechos ocurridos antes de los 4 años de edad. Aunque no todas se desarrollan de la misma manera, se puede decir que en general hasta los 7 años la memoria visual es más dinámica, razón por la que los niños dibujan más frecuentemente en esta etapa.

Las células nerviosas que activan la memoria ya están desarrolladas antes de nacer (tercer trimestre de gestación). Desde recién nacidos los bebés pueden recordar, un ejemplo de ello es que reconocen la voz o los besos de mamá y familiares cercanos, pero como aún les falta desarrollar la conciencia del tiempo y contexto, no pueden catalogar sus recuerdos; así recordarán la voz o los besos de mamá pero no podrán determinar dónde y cuando la escucharon (memoria inconsciente) y podrás confirmarlo cuando te acerques a tu bebé y él se ponga feliz porque llegará a él su memoria inconsciente.

A partir de los 6 meses los bebés pueden recordar:
Comienza a tener memoria a corto plazo, reconoce a personas cercanas a ellos (padres, hermanos, familiares, niñera, amigos, etc.), luego cuando la adquiera podrá además realizar rutinas básicas y entender algunas palabras.
Relación causa-efecto: cuando nos ven armando el cochecito saben que vendrá un paseo al aire libre, si presionan un botón de su gimnasio saben que oirán música, comienzan a relacionar palabras con las cosas, etc.
Aún no se tiene claro si tiene memoria consciente, puesto que el bebé no habla y no puede demostrarlo.

A partir de los 12 meses los bebés pueden recordar mucho más: debido a que ya comienzan a tener ciertas habilidades de lenguaje:
Ya cuenta con una memoria explícita puede demostrarlo hablando y con sus actos.
Reconocer lugares recurrentes: la casa de los abuelos, los juegos del centro comercial, las clases de estimulación temprana, etc., y nos podremos dar cuenta de ello porque dirán alguna palabra para demostrárnoslo (por eso se piensa que pueden tener esta capacidad antes pero como no hay lenguaje de por medio no tenemos cómo saberlo).

A partir de los 24 meses: cuando ya hablan la memoria de los niños pasan de ser media inconsciente a totalmente consciente:
Pueden recordar muchas palabras, ya cuentan con un vocabulario extenso (nombres de personas, objetos, colores, formas, algunas instrucciones, etc).
Comienzan a recordar frases que escuchan decir a los demás y las utilizan para tratar de comunicarse.
Recuerdan las historias de los cuentos, saben como se desarrolla la historia y ya no podrás saltarte ni una sola página sin que se den cuenta.
Ya puede expresar sus sentimientos básicos, contar algo que le pasó.

Como conclusion final creo que es importante señalar que la capacidad de recordar está presente desde que el bebé está en el vientre materno, pero, es bueno estimular la memoria del bebe día a día, pues si contribuimos a ello, podemos conseguir que desarrolle una gran memoria.

 
At 08:57, Anonymous Anónimo said...

Hace un tiempo, creíamos que los bebés no tenían memoria porque nosotros no nos acordamos de cosas que sucedieron cuando éramos bebés, pero estábamos equivocados; los bebés sí tienen memoria, sólo que es diferente a la memoria que tienen los adultos.
Antes de nacer, las células nerviosas de la memoria ya están desarrolladas (tercer trimestre de gestación). Desde recién nacidos los bebés pueden recordar. Un ejemplo de ello es que reconocen la voz o los besos de familiares cercanos, pero como aún les falta desarrollar la conciencia del tiempo y contexto, no pueden contextualizar sus recuerdos; así recordarán la voz o los besos pero no podrán determinar dónde y cuando la escucharon (memoria inconsciente).
El reconocimiento es la primera evidencia de que los niños de esta edad pueden recordar, y, por lo tanto, reconocer a las personas que les rodean. La función del reconocimiento se produce en el bebe desde su nacimiento y es la forma mas simple de memoria. Pero la memoria va ampliándose con los años, aunque los bebés de cualquier edad tienden a reconocer y a recordar más los aspectos cotidianos que tienen un efecto en su vida.
Recordar es más complejo que reconocer, ya que recordar, tiene lugar cuando falta el objeto o la información a recordar, y, por tanto, implica una recuperación del recuerdo en la memoria a largo plazo. Generalmente, los recuerdos son menos detallados que las percepciones, pero a veces, una imagen memorizada es completa en los detalles.
A los siete meses los bebés empiezan ya a dar muestras de recordar su vida cotidiana.
En esto, la ayuda de los padres juega un papel muy importante, así como la repetición diaria de una serie de actos, aunque existen otros factores que también contribuyen al desarrollo de la memoria en los niños más pequeños, como la guardería y la televisión.
A partir de los doce meses los bebés ya pueden recordar mucho más, debido a que ya empiezan a tener habilidades de lenguaje. Ya poseen una memoria explícita. Además ya reconocen lugares.
Cuando el bebe llega a los dos años de edad, es cuando se produce el cambio de la memoria, que pasa a ser de media inconsciente a consciente, es decir, ya pueden recordar muchas palabras, poseen un vocabulario extenso, recuerdan las historias de los cuentos y además ya pueden expresar sus sentimientos básicos.
Por ello es sumamente importante la acción de los padres en el desarrollo del recién nacido, ya que estos proporcionan los estímulos adecuados para su primer desarrollo cerebral.

 
At 09:08, Anonymous Anónimo said...

En mi opinión, es impresionante lo que puede llegar a hacer la mente humana. Después de haber leído el artículo y os comentarios que aparecen publicados en la Web (los cuales me han parecido muy interesantes) quisiera comentar mi punto de vista.
Desde que el niño, después de nacer, ha terminado de desarrollar todos sus sentidos (ya que la vista es el último sentido que se desarrolla), empieza a haber una lluvia de información percibida por dichos sentidos. Al principio el niño no es capaz de diferenciar a la perfección qué estímulo es captado por cual de sus sentidos; simplemente percibe y experimenta el contacto con el mundo exterior. A medida que va pasando el tiempo el niño ya es capaz de diferenciarlos y ahora le toca organizarlos. Y es esa organización lo que va a ir formando su persona y muchos de sus procesos cognitivos. Uno de ellos será la memoria, en sus diferentes tipos. Ese gran almacén de datos es lo que le va a permitir saber si debe hacer algo o no, si es bueno para él o no, si le producirá placer o dolor, si disfrutará haciéndolo o no, etc. Pero todas estas acciones, así expresadas, se caracterizan porque ya han ocurrido antes, en algún momento del pasado. Luego, utilizando la lógica, cuantas más experiencias viva el niño a lo largo de su vida se producirá un mayor desarrollo de su memoria e implicadamente un mayor desarrollo de su personalidad.
Lo que quiero decir con esto es que me parece muy importante que los padres jueguen mucho con los hijos en estas edades tempranas para que así su riqueza experiencial sea mayor. Y no me refiero a jugar sólo en casa sino también en la calle, en los parques, etc. pues si ya es grande el número y variedad de experiencias que se pueden hacer en casa no digamos de las que se pueden hacer en otros sitios.
También estoy de acuerdo y lo apoyo firmemente en llevar a los niños a las escuelas infantiles. La razón de esto es que además de poder tener la referencia de las experiencias con los padres, el niño se relacionará con otros niños y niñas, lo cual le permitirá vivir experiencias y situaciones educativas y formativas (tanto en un posible nivel académico como personal) con niños de su misma edad.
El medio en que los niños aprenden cuando son pequeños es mediante el juego. De ahí que este sea tan importante para un excelente desarrollo personal y cognitivo del pequeño.

 
At 10:37, Blogger Unknown said...

Los bebés buscan constantemente estímulos, como bien ha quedado demostrado en el artículo. En la actualidad se venden numerosos artículos “para la protección de los niños”. Me estoy refiriendo por ejemplo a los parquecitos que se ponen en casa y delimitan claramente la capacidad de explorar del niño, o también una especie de arnés, que permite al padre llevar a su hijo con una correa.

No dudo que estos artículos eviten riesgos al niño, pero me parece que es más una comodidad para los padres que una ventaja para los hijos. Los niños necesitan investigar, descubrir con sus propios sentidos las cosas, y todos estos inventos, coartan ese acto.

Evidentemente, para que el niño pueda explorar con sus propios sentidos, los padres han de estar muy pendientes de las cosas, lugares, etc. que su hijo intenta manipular. Pero claro eso implica dedicar una gran cantidad de tiempo, y la mayoría de los padres creen que esa exploración del niño no sirve para nada, que sólo les quita tiempo a ellos y pone en peligro a sus hijos. En el texto queda claro que los tres primeros años de vida pueden ser fundamentales y determinantes para el niño. Por lo que hay que tener mucho cuidado con las experiencias con las que entra en contacto.

 
At 10:45, Anonymous Anónimo said...

Eso que se dice que los bebes no tienen memoria no es del todo cierto, no es tan compleja ni mucho menos como la nuestra pero si que tienen, de hecho un bebe es capa de recordar una canción que se le haya puesto cuando estaba en el vientre.

Pero aquí entramos en un problema ¿el bebe reconoce o recuerda? Reconocer significa que una vez que aparece algo que ya habías visto antes lo identificas, pero recordar es acordarte de algo cuando no lo ves. El bebe reconoce a la madre, al padre… ¿pero los recuerda cuando no están?

Los bebes tienen una memoria muy corta durante el primer año, solo recuerdan lo que les pasa en el día y luego las olvida, mas tarde la memoria se hace mas compleja y consiguen recordar cosas a largo plazo es lo que se llama memoria a largo plazo.

Este desarrollo de la memoria le permite tener mas referencias de lo que esta pasando a su alrededor. Se convierten en autenticas esponjas que todo lo absorben, aunque nosotros no recordemos cosas de cuando teníamos un año o menos si que identificamos sabores, olores, etc.

Sela perez leon 2º pedagogia

 
At 10:48, Blogger Celia Mendoza said...

Durante nuestro primer año de vida, todas nuestras capacidades están desarrollándose, por eso es muy importante que los bebes obtengan suficiente estimulación, para que estas se desarrollen. En este periodo el bebe se sirve de las experiencias sensoriales que le ofrece el mundo que le rodea para conocerlo y adaptarse a el, siendo su base principal la memoria gustativa, ya que según las etapas de Freud se encuentran en la llamada “etapa oral”, en la que el origen del placer se obtiene a través de la boca, por eso si observamos a un bebe vemos que lo primero que hace con un objeto es llevárselo a la boca para reconocerlo e investigarlo. También en esta etapa los niños sienten gran curiosidad por los sonidos que escuchan, pero hasta los 3-4 meses no son capaces de reconocer de donde vienen. La vista también juega un papel importante en el desarrollo de la memoria y del cerebro, ya que a partir de los 6-8 meses son capaces de reconocer caras, personas y gestos.

Por lo que si un bebe no tiene la suficiente estimulación durante esta etapa puede llegar a tener un retraso madurativo. Ya que es en este periodo cuando se sientan las bases del aprendizaje y se realizan las primeras conexiones neuronales.

En consecuencia, se podría decir que los bebes son capaces de recordar, es decir, memorizar, las experiencias vividas. Aunque todo esto tiene que venir de la mano de las experiencias que le ofrece el mundo que le rodea y los adultos. Es cierto que los adultos no somos capaces de recordar las experiencias vividas durante nuestros tres primeros años, pero esto no significa que en ese tiempo no hayamos tenido memoria, ya que si no la tuviéramos no seriamos capaces de aprender a hablar o de andar, debido a que estos procesos se sirven, en el caso del lenguaje, del reconocimiento de los sonidos, ritmos, tonos, etc., y en el caso de andar además del desarrollo motriz, se sirve de la capacidad para secuenciar pasos.

Por todo ello, me atrevo a decir que la estimulación en esta primera etapa de la vida es muy importante tanto para el desarrollo de sus capacidades como del cerebro.

 
At 11:42, Anonymous Anónimo said...

¿Quién no ha ojeado alguna vez fotos de la infancia?

Cuando echamos un vistazo a las fotos, en las que aparecemos de pequeños, nos vienen a la cabeza una serie de datos relacionados con la imagen: el lugar, las personas, las cosas que teníamos y ya no (la ropa, juguetes…); incluso los olores característicos del ambiente, la comida, las colonias, de familiares… Y todo esto, gracias a la memoria que adquirimos, desde que nos formamos en el útero materno, y que hoy en día y en adelante seguimos y seguiremos ejercitando.

Recordamos y añoramos por un instante aquellos años, en los que nuestra única preocupación era la comida, jugar y dormir.

La memoria humana, a diferencia de la memoria de los animales que actúa principalmente sobre la base de sus necesidades presentes, puede contemplar el pasado y planear el futuro.

Para el recién nacido, el entorno que le rodea le resulta extraño, y es desde el primer día, cuando su mente comienza a funcionar como base de datos: toca o coge algo que se puede romper, la madre le ve, se lo quita y le regaña; poco a poco se irá dando cuenta que no lo debe hacer, lo guardará en su memoria a base de repetir el proceso y que su madre le regañe.
Cuanto más tiempo pase el bebé acompañado de sus padres, familiares y vivir nuevas experiencias más recuerdos tendrá, lo que conllevará a que desarrolle, ejercite y enriquezca su mente.



Por: Laura Sanchís Fernández
2º Pedagogía, M2

 
At 11:49, Blogger leticia said...

El bebé, durante su primer año, observa, sigue el movimiento y busca el sonido de las cosas, pues para él son estímulos, que le permiten el desarrollo afectivo.
El sonido de su madre, de su padre, de todas las personas que están alrededor, en su mismo ambiente, se harán familiares.
El niño, va adquiriendo sensibilidad, por eso es importante que en algunos momentos, como el del baño, se le acaricie, para que él tome conciencia de las limitaciones de su cuerpo.
También, va siendo consciente de qué le quita el hambre (la mama o el biberón), de que llorando consigue la atención que necesita, etc...
Estoy de acuerdo, en que el niño aprende cosas así, recuerda las caras, etc... a base del hábito.
Es más, soy consciente de ello. Lo he visto en primos pequeños, cómo al pasar un pequeño tiempo sin verles, se olvidaban de mí, y, al estar viéndoles días seguidos me recordaban y no lloraban, querían estar conmigo.
La memoria es algo que se va adquiriendo según se crece, y, gracias al hábito.

 
At 11:58, Blogger Tamara Gibello Moreno said...

Al leer el artículo nos queda claro que el bebé es capaz de recordar cosas que le suceden, lo único que pasa, es que nadie se acuerda de ningún reuerdo hasta que tiene 3 años, a no ser que nos lo hayan dicho nuestros padres, debido a que nuestra mente es muy compleja,y todo lo que percibimos a través de los sentidos se nos queda en la memoria, lo único que pasa, es que desechamos los recuerdos para que entren otros y sobretodo los que son malos. Todo ello configura el buen desarrollo, ya que si no olvidásemos cosas de nuestra cabeza nos volveriamos locos. En mi opinión creo que es importante el papel que ejerce la escuela infantil, la cual hace que en ella se desarrolle el niño mucho mejor.

 
At 13:48, Blogger Borja Ruiz said...

En mi modesta opinión la mejor escuela infantil que puede haber para un recién nacido es su familia: su madre, su padre, sus hermanos/as si los tuviese. No cualquier familia, una familia en la cual reine una cierta armonía, una familia que viva en paz, en la que se sienta más que se vea el afecto, pues el afecto, más que verse (que sí lo hace), notarse tactilmente (aunque también) u oirse (que también), se siente en el entorno: algo así como cuando entras en una casa o edificio en la cual notas buenas vibraciones, pero no le das una razón concluyente a ese bienestar que te invade.
Puede que la familia actual no se encargue lo que debería del desarrollo afectivo-emocional del niño más por una cuestión de tiempo que de apetencia, pues en nuestro país, la baja por maternidad tiene una duración de 4 meses, es decir, nos faltan 8 meses para completar el primer año de vida; en el caso de los padres la recién baja por paternidad es de tan sólo 13 días. ¿Es que el padre no puede disfrutar, y hacer disfrutar a su hijo/a de sus primeros meses en el mundo? Aún así resultan escasas las dos bajas permitidas por la ley.
Surge aquí el problema del tiempo disponible para la educación de un niño, y más que para su educación instructiva, su educación afectiva, que será la base de toda la demás educación que reciba. Como ha señalado mi compañera, parece que la única solución son las escuelas de educación infantil, las antiguas "guarderías", aunque si realmente queremos que el niño recuerde durante ese primer o segundo año de vida, lo que luego olvidará, pero que le servirá para formar unas redes neuronales de confianza en su entorno más cercano, deberíamos empezar a enfocar las políticas de permisos por maternidad y paternidad de otra forma.
Como muy bien ha señalado mi compañera a veces los padres no tienen el conocimiento suficiente de cómo educar a su hijo, pero en esta etapa del desarrollo psicomotor no estamos hablando de métodos didácticos complejos sino ofrecer con cierta mesura la cantidad de amor (mejor más que menos, pero con cuidado) que se le ofrezca al niño para que pueda sin mayor problema afrontar el resto de su vida.

Borja Ruiz.

 
At 14:25, Blogger Alba said...

Los bebés nada más nacer empiezan a recibir estímulos, estos estímulos hacen que el recién nacido vaya desarrollándose con normalidad.
Desde edades muy tempranas ya se empieza a recordar.Por lo general tenemos recuerdos a partir de los tres años aunque se a demostrado que al año ya podemos recordar, aunque evidentemente los recuerdos son escasos.
Es fundamental estimular al bebé para un correcto desarrollo y así evitar problemas en un futuro.

Alba Sánchez
2º Pedagogía

 
At 03:54, Anonymous Anónimo said...

Los adultos apenas podemos recordar imágenes o hechos de nuestros primeros años de vida, eso no quiere decir que no recordásemos durante ese periodo.

Durante los primeros años de vida, a través de la memoria, establecemos nuestras bases de la personalidad y ayudamos a nuestro sistema cognitivo a su desarrollo, si proporcionamos los estímulos necesarios al bebé.

A partir de los 3 meses de vida el cerebro recibe información de las acciones que realizamos y con ellas, recibe como nos sentimos al hacerlo.

Durante el primer año sus destrezas motoras y sensoriales les permite la búsqueda de situaciones que le agraden o que deseen pero eso también les supondrá encontrarse con situaciones desagradables.

Con el paso de los años, estos recuerdos se van borrando, porque ya han cumplido su función de crear nuestras bases de la personalidad y de nuestro pensamiento.

Aunque también podemos decir que son esos recuerdos, esas acciones de cuando somos bebés las que nos condicionan a lo largo de la vida, ya que, pueden quedar recuerdos que nos hagan daño o nos imposibiliten ciertas acciones a lo largo de nuestra vida.

 
At 04:19, Anonymous Anónimo said...

Las primeras acciones del bebé se deben a las neuronas espejo, por las cuales los niños imitan lo que ven. Pero poco a poco el niño entiende el sentido de esos gestos y los hace con un fin. Y yo creo que esos aprendizajes se dan por condicionamiento clásico, según los estímulos y las respuestas que reciben. Esto lo memorizan y lo recordaran siempre aunque no puedan acordarse a que se debe ese gusto o miedo por algo.

En mi opinión, aunque los bebés no recuerden nada antes de los tres años, lo que se aprende en esa etapa es muy importante, porque será lo que determinen sus gustos o sus fobias. Por lo que, aunque sea una “memoria implícita” que se da y de la que no nos acordamos, esta durará para toda la vida del niño y definirá sus comportamientos y acciones futuras.

 
At 05:32, Blogger Patricia Pérez said...

Esta claro que si los bebés se pueden poner alegres al ver u oír a su madre, es porque recuerdan haberla visto antes aunque no sepan donde. A esto se le llama “memoria inconsciente”.

Ya desde el tercer trimestre de gestación, las células de la memoria están desarrolladas y por eso después del nacimiento reconocen a sus seres más cercanos como pueden ser los padres.

No creo que podamos recordar lo que nos pasó cuando teníamos un año o menos. Aunque sí podíamos recordar en presente., es decir, podíamos recordar aquellos objetos u otras cosas que en su momento nos resultaron agradables o desagradables.
En bebés de 2 y 3 meses, los recuerdos pueden ser restablecidos a las dos semanas de haber sido olvidados. Los bebés de 6 meses pueden recordar con mayor facilidad sólo después de una semana de haber olvidado puesto que ya han ido desarrollando algo más su cerebro.
Por eso, al igual que indica el texto, los bebés a partir de los 4 meses ya asocian que hay ciertas cosas que, aunque no vean, saben que les dan placer, por tanto son capaces de recordar.

 
At 07:45, Anonymous Anónimo said...

En este artículo, señala que los recuién nacidos empiezan a tener recuerdos y necesitan estímulos para su primer desarllo cerebral.

Como bien dice en el artículo, los niños recuerdan según van pasando los meses, todo lo que ven, reconocen, lo que les gusta, lo que no les gusta, la alegría, la tristeza,etc.

evidentemente es importante que el niño tenga un buena experiencia de 0 a 3 años, porque si se desarrolla en un ambiente de cariño, felicidad, se le puede ir facilitando su personalidad e ir desarrollandose otros procesos intelectuales en el futuro.

El bebe desarrolla actividad mental hasta los 6 meses adquiriendo con experiencia diaria del mundo. Su memoria les permite anticiparsse a las situaciones y encontrar los resultados propuestos.

En conclusión, es importante que el niño obtenga Educación Infantil, ya que en este periodo desarrolla experiencias afectivas que les sirven de base para un gran desarrollo y equilibrio mental.

 
At 07:54, Blogger Nieves said...

EN el texto se llama memoria implícita a lo que tienen los niños menores de tres años, pero también se dice que es esa memoria la que crea los cimientos de lo que seremos posteriormente. Creo que es antes de los tres años donde se aprenden las cosas básica para vivir, tales como: si me arriesgo puedo ganar o perder, si quiero algo tengo que luchar por ello...y en cieta manera, si aprendemos eso, es porque recordamos como lo hemos conseguido hacer. Por lo que esto necesita de una memoria que nos ayude a poder poner en práctica la próxima vez aquello que hemos aprendido.

También es cierto que rara es la persona que se acuerda de cierto recuerdo o hecho que el sucedió antes de los tres años, la mayoría de las personas saben lo que es pasó o sucedió en ese perido de tiempo por fuentes externas a ella; es decir, porque s elo han contado, porque han visto fotos o videos...

Pero en mi opinión, una vez hemos sabido que los primeros meses para el bebé son claves en este desarrollo cognitivo, procedimental...debemos actuar lo mejor posible pra él. Para ellos debemos fomentar esa actividad en el bebé, dejar que se equivoque y aprenda, para mñas tarde poder rectificar lso errores que tuvo primeramente.

Por último, añadir que nunca se debe olvidar que lo que el niño aprende o recuerda de esos primeros 6 meses será lo que le formará como persona más tarde, lo que le ayudará posteriormente en su desarrollo y lo que le llevará a una construcción mental mas compleja.

 
At 08:27, Anonymous Anónimo said...

Que razón tiene Tomás de Andres!!, y es que los niños tienen la capacidad de recordar aun siendo muy pequeños.Entre los 6-7 meses, el bebé aprende que las cosas existen aunque no pueda verlas en determinados momentos. Antes, si los padres escondían un juguete, el bebé se olvidaba rápidamente de él. Sólo existía lo que veía en cada momento.Lógicamente, su capacidad mental no tiene nada que ver con la que tendrá pasado un tiempo, pero en cierto modo, nos hacen ver, que aunque sean pequeños no tienen ni un pelo de tontos.
Es muy importante esta etapa en el niño, ya que de ella, partirá lo que será el pequeño en el futuro, he aquí la importancia tanto de los futuros pedagogos como es nuestro caso, como de la escuela de Educacion Infantil ,como de la propia familia.
Hoy en día, parece increible decirlo, e incluso a veces hasta duro, pero la realidad es que vivimos tan estresados, agobiados, que no nos paramos a ver las cosas más pequeñas y simples de la vida, que incluso son las más bellas. Hablo esto para referirme al poco tiempo que los padres de familia dedican a sus hijos, por temas de trabajo o por lo que sea, el caso es que esta etapa, en la cual la estimulación y la afectividad ocupa un gran lugar, muchos padres se la pierden, dejando a su pequeño un gran vacio en lo que será su desarrollo.
Y es que si pensamos que los bebés no tienen memoria porque nosotros no nos acordamos de cosas que sucedieron cuando éramos bebés, estamos equivocados, desde recién nacidos los bebés pueden recordar, un ejemplo de ello es que reconocen la voz o los besos de mamá y familiares cercanos, pero como aún les falta desarrollar la conciencia del tiempo.Podrás confirmarlo cuando te acerques a tu bebé y él se ponga feliz porque llegará a él su memoria inconsciente.
Los niños hasta que comiencen a hablar tendrán una memoria de corto plazo, aunque el suficiente como para que puedan desenvolverse.
Reconocen a personas cercanas a ellos (padres, hermanos, familiares, niñera, amigos, etc.), luego podrá entender algunas palabras.
Es curioso pero cuando nos ven armando el cochecito saben que vendrá un paseo al aire libre, si presionan un botón de su gimnasio saben que oirán música, comienzan a relacionar palabras con las cosas, etc.
Aún no se tiene claro si tiene memoria consciente, puesto que el bebé no habla y no puede demostrarlo.
A partir de los 12 meses los bebés pueden recordar mucho más, debido a que ya comienzan a tener ciertas habilidades de lenguaje.
Está visto que todo bebé es un mundo por descubrir, que día a día te va regalando satisfacciones con su desarrollo ,su ternura y su inocencia.


Leticia S.G.L 2º Pedagogia

 
At 09:44, Anonymous Anónimo said...

La memoria consiste en un conjunto de percepciones, conceptos, motivos y hábitos almacenados, a través del tiempo. Estos elementos de la memoria interactúan entre sí en el curso de la experiencia.
Según el texto , la memoria de los bebés se desarrolla lentamente en el primer año de vida y se fortalece en los siguientes 12 meses. El bebe al nacer ya tiene formado su sistema nervioso lo que le permite dar respuesta a ciertos estímulos. Su capacidad de movimiento es influyente en su actividad mental. Aunque en el primer año sus movimientos no sean muy complejos, para ellos ya precisa una organización que se basa en las experiencias de lo que le rodea y de las sensaciones que siente. La actividad mental del recién nacido es su base para un desarrollo futuro de su actividad intelectual, ya que día a día, constante e indirectamente vamos experimentando y conociendo cosas nuevas que ayudan a nuestro desarrollo intelectual.

 
At 09:54, Anonymous Anónimo said...

Los niños necesitan tener una buena estimulación durante los dos primeros años ya que es aquí cuando se desarrollan las redes neuronales. Para ellos es muy importante estar observando todo el día ya que a los 3 meses los bebes empiezan a relacionar lo que ven con lo que oyen. Estas cosas observadas las recordamos en el futuro, tanto es asi que cuando algo no nos gusta o nos da miedo probablemente este desencadenado en este momento de nuestra vida.
El niño empieza a reconocer el pezón de la madre para poder comer y sabe que el chupete no le va a dar de comer, busca nuevas experiencias y sensaciones, los juguetes le entretienen. Por tanto el niño en este primer año ya diferencia lo que quiere de lo que no, a pesar que va a tener experiencias desagradables.
La memoria que posee el bebe es una memoria implícita, por eso cuando somos mayores no podemos recordar con exactitud lo que hemos vivido en los tres primeros años de vida; podemos diferenciar algunas canciones que nuestra mente las reconoce pero nosotros no estamos seguros de lo que significan para nosotros.
Se estan realizando estudios para poder borrar nuestros recuerdos malos, pero hay un inconveniente: si se eliminan también los recuerdos infantiles puede ser peligroso ya que estos son las bases de nuestra persona, aunque nosotros no recordemos estos momentos van a ser importantes para nuestro futuro.
Es un articulo interesante ya que mucha gente se pregunta por que no puede recordar lo que ha hecho en el primer año de vida, esto nos ayuda a entender que aunque no nos acordemos con exactitud son importantes.
Iris Perez

 
At 10:35, Blogger AniTa said...

Como ya sabemos, (o bien hemos observado) los bebés, desde el primer momento en que nacen hasta aproximadamente los 10-12 meses escuchan y observan todo lo que ocurre a su alrededor.
Para que su cerebro se desarrolle necesitan estimulos ( sonidos, imágenes…) que influyen en el desarrollo de su personalidad y que pasan a ser elementos significativos de su memoria primera; precisamente por esto es muy importante que los estimulos sean los adecuados.

Como indica el articulo, durante el primer año de vida, la memoria del bebé está lo suficientemente desarrollada como para recordar lo que le gusta y lo que no, lo que le hace llorar o reir…
Tambien durante este periodo de tiempo el bebé posee la llamada “memoria implicita”, que le ayuda a orientarse y a superar los errores; no es hasta los dos años, cuando aparece la “memoria explicita” que es aquella que se hace consciente de los hechos del pasado y experiencias concretas, esas que nos han marcado y que van a influir en nuestra forma de ser.
Es muy llamativo, pero verídico, el hecho de que las vivencias de nuestro primer año de vida influyan de manera tan significativa en lo que con el paso del tiempo se va convirtiendo en nuestra personalidad ( a partir de los tres años la personalidad que poseemos es básicamente la misma que vamos a tener a lo largo de la vida).

Normalmente, ya en la adultez, tendemos a no recordar esos tres primeros años de nuestra infancia, ya que sufrimos la denominada “amnesia infantil” . Esos recuerdos se borran porque ya han cumplido la función de formar las bases de nuestra conciencia y de nuestro pensamiento o porque algunos nos hacen daños y nosotros mismos los eliminamos.

 
At 12:23, Anonymous Anónimo said...

Todos nos abremos parado a pensar alguna vez cosas de cuando eramos pequeños la mayoria de las veces sin éxito es una sensación como si no existiera memoria durante esa étapa de nuestra vida aunque si lo piensas de una forma lógica es imposible porque todas las cosas que vamos aprendiendo en los primeros meses de vida se tienen que basaren una memoria ya que si no lo aprendido un dia aldía siguiente seriamos incapaces de recordarlo y nunca lograriamos aprender nada y sin embargo lo hacemos.
Evidentemente cuando somos adultos no logramos acordarnos de millones de cosas que nos pasaron de bebes a no ser que nos las hayan contado o hayamos visto en algun documento gráfico, como dice eltexto es información que se termina borrando sola debido a que ya ha creado los cimientos de nuestro futuro, es decir todas las acciones y cosas que sabemos hoy son gracias a unos cimientos creados en los primeros meses y años de nuestra vida, se ha ido creandopoco a poco no esque aparzcan tal y como lo conocemos o hacemos ahora si no que ha llevado un proceso a traves de la memoria que aunque no consigamos recordarlos con nitidez se han dado en nuestro pasado.
Por ejemplo andar, seguramente no consigamos recordar como nos enseñaron y fuimos capaces de aprender sin embrago sabeos hacerlo y es porque alguien en su momento nos ayudo y día a día podiamos recordar comno lo haciamo,pero han pasado tantas cosas, tanto tiempo y es una accion tan rutinaria que es practicamente imposible que podamos recoradar como aprendimos hacerlo.

Cristina Saavedra Hevia

 
At 12:28, Anonymous Anónimo said...

Muchas veces intentamos recordar como éramos, o qué hacíamos cuando teníamos un año, o averiguar cual es nuestro primer recuerdo, el primer recuerdo que tenemos conscientemente, y vemos que a lo mejor es de cuando teníamos 3 años, y decimos, y el resto? Pero es algo normal, el olvido es necesario, incluso ya de mayores seguimos olvidando, si no olvidásemos tendríamos un gravísimo problema, y no podríamos avanzar hacia delante. Las sensaciones y las vivencias que experimentamos de pequeños nos marcan, esa marca queda en nosotros de por vida. Incluso si esa marca es de algún acontecimiento vital estresante puede crearnos un posterior trauma psicológico.
Otra idea importante que dice el texto, es que los niños pasan el primer año observando todo lo que pasa a su alrededor para aprender de ello… muchas veces creo que deberíamos tomar ejemplo de esta actitud de los bebés y observar primero el mundo, pararnos un momento a ver, y luego ya actuar, y quizá aprenderíamos muchas más cosas de las que sabemos si escuchásemos más a menudo, almacenarlo en la memoria y recordarlo más tarde nos sería de gran ayuda.
Carla Posada 2ºPedagogía

 
At 13:02, Anonymous Anónimo said...

Una vez escuché que no recordamos los acontecimientos sucedidos durante, principalmente los dos primeros años, debido al sufrimiento que padecemos en este periodo (excesivas informaciones, situaciones, emociones nuevas, crecimiento de los dientes…). Pasamos por acontecimientos tan dolorosos que nuestro cerebro los bloquea y posteriormente los elimina, arrasando también con los buenos recuerdos.

¿Será verdad? ¿No lo será? No lo sé, pero algo de sentido parece que tiene, pues nadie tiene recuerdos precisamente de este periodo. Quizás por este borrado de memoria, en la edad adulta, como apunta el texto, unas cosas las detestamos y otras sin embargo nos atraen sin saber porqué. ¿Serán estas primeras experiencias la razón de dichas preferencias?

Pero entonces, si nuestro cerebro elimina todos los recuerdos de los, por lo menos, tres primeros años, que es cuando aprendemos muchas destrezas motoras básicas, ¿cómo podemos continuar ejecutándolas pasado este periodo?

Desde mi punto de vista se debe a que todo lo “básico” aprendido, lo hemos hecho por el modo de la repetición, lo que hace que el cerebro convierta estos conocimientos en un acto mecánico que luego, a la hora de llevarlos a cabo, ni los piensa, tan solo los ejecuta. Algún ejemplo de esto es el pestañear, el reflejo de agarrar las cosas cuando se las das, el respirar…

 
At 13:24, Anonymous Anónimo said...

(continuación)...
En cuanto al tema de la eliminación de los malos recuerdos de manera artificial no estoy de acuerdo. Desde mi punto de vista no sería un hecho positivo para la raza humana, pues si ya de por si el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, en este caso, con más razón. Además si suprimiéramos los malos recuerdos y las malas experiencias, pienso que llegaría un momento en el que no sabríamos valorar ni apreciar las buenas, lo que terminaría con el sentido de la vida.

 
At 13:48, Anonymous Anónimo said...

La memoria es algo muy complejo. Algunas personas afirman recordar haber estado en el útero materno, a esto se le llaman pseudomemorias, que son recuerdos de cosas que no sucedieron. Es a los 9 meses cuando el bebé ya tiene prácticamente la cantidad definitiva de neuronas, y son muy pocas las personas que se acuerdan de hechos ocurridos antes de los 4 años.

Quería destacar dos puntos que me han llamado la atención del artículo: la creación de tu propia personalidad según tus recuerdos, y las actuales pretensiones de borrar nuestros recuerdos.

No estoy del todo de acuerdo con el artículo cuando dice “a los 3 años somos básicamente, en lo que a nuestra personalidad se refiere, lo que seremos a partir de entonces y a lo largo de la vida”.
Considero que toda la infancia del niño es relevante para la personalidad que irá creando hasta ser adulto, y a los 3 años un niño no ha vivido lo suficiente como para poder hacer esa afirmación, pues aun tiene que conocer nuevos sentimientos y vivir diferentes experiencias que pueden hacerle cambiar completamente. Por esto, es muy importante que el niño sienta siempre un gran apoyo por parte de su familia, que no se sienta solo. Porque gracias a la memoria todos estos recuerdos quedan grabados en nosotros (aunque como dice en el artículo, algunos son modificados o borrados), y si el niño en su entorno familiar no se siente querido, puede que esto cree en él una personalidad más fría, con más dificultad para expresar sus sentimientos... como forma de defensa.

En cuanto a lo de borrar recuerdos, me parece una idea denigrante. ¿En qué quieren convertirnos? ¿en máquinas en las cuales borrar nuestros recuerdos, y por tanto nuestros sentimientos, como si nada? Y pueden ser sentimientos aterradores los que conlleven esos recuerdos, pero es otra de las experiencias de la vida, que te enseñará algo nuevo, y que tienes que aprender a superarla tú sólo, y de forma natural.



Sonia Guerrero Uceda.

 
At 14:50, Blogger Raquel Alvarez said...

Como explica el profesor Tomas de Andrés en este articulo, es necesario que los niños nada mas nacer tengan estímulos necesarios para que se empiece a desarrollar su cerebro. Por ejemplo, un buen método para aumentar el desarrollo del cerebro es ponerles música clásica, esto es un hecho científico, la música puede hacer que el bebe sea mas inteligente. Ciertamente esto es posible debido a que se aumenta el número de conexiones neuronales de su cerebro, por lo que estimula axial sus aptitudes verbales. En un reciente estudio se ha encontrado que el rastreo visual, la coordinación entre los ojos y las manos, así como otras conductas positivas se desarrollaran mas rápidamente en aquellos bebes cuyas madres participaron en un programa piloto de exposición prenatal a la música.

El desarrollo completo del cerebro no se alcanza hasta el tercer año de edad, aunque todo lo que ve y oye antes de esta edad afecta al desarrollo cerebral del bebe.

A pesar de todo esto, los bebes a los tres meses ya son capaces de relacionar lo que ven con lo que oyen. Todas las cosas que han observado pasaran a ser elementos que tengas un mayor significado en la primera memoria que tengan, con esto dicho, ahora sabemos porque rechazamos algunas experiencias sensoriales y nos gusten mas que otras. El niño es consciente de codificar habilidades y sensaciones físicas y motrices con lo que cuando quiere algo, ya sabe quien se lo va a dar y como.

El bebe ya aprende a saber lo que le gusta y lo que no. A partir de los tres años ya son los que van a ser a lo largo de la vida.

Finalmente los recuerdos que el bebe tiene desde su nacimiento hasta los tres años se borran debido a que es una memoria implícita. Estos recuerdos se borran porque ya han formado parte de la conciencia y se da el fenómeno de la amnesia natural. Aunque esto parezca un acto ridículo es indispensable para dar las características más importantes a nuestra personalidad.


Raquel Alvarez Florez 2ºde pedagogia

 
At 14:54, Anonymous Anónimo said...

Existen estudios que dan a conocer la importancia del desarrollo psiquico del bebe durante sus primeros años de vida. Aunque normalmente no se de importancia a este desarrollo, es un periodo vital ya que de él dependerá su desarrollo personal y sus capacidades intelectuales.
En esta etapa, el bebe va adquiriendo experiencias a traves de sus sentidos y , progresivamente, va siendo capaz de relacionarlas y clasificarlas como agradables y desagradables.
Todo lo que el bebé va experimentando, lo almacena temporalmente, en la llamada “primera memoria” o “memoria implícita”, que le será útil durante sus dos primeros años de vida, para facilitar su supervivencia y la corrección de sus errores. Sin embargo cuando sea adulto, no será capaz de recordar lo vivido durante sus primeros años, puesto que sufre el fenómeno de “amnesia infantil”. Estos recuerdos son eliminados, bien porque ya han servirdo para asentar las bases de la conciencia, o bien porque su recuerdo hace daño al individuo.
A partir de los 3 años, todo lo experimentado hasta ese momento forjará los cimientos de su personalidad futura.

 
At 15:03, Anonymous Anónimo said...

LA MEMORIA DE LOS BEBÉS:
Me gustaría pararme en lo último del artículo donde se habla de borrar los malos recuerdos. A la vez que lo iba leyendo me he preguntado hasta qué punto nos conviene hacer eso. ¿No se supone que de los errores aprendemos?, porqué no de los malos recuerdos. Yo creo que esos recuerdos también tienen su utilidad a la hora de perfilar nuestra personalidad, porque lo que somos es tanto lo bueno como lo malo. Hombre está claro que si un recuerdo muy malo es la causa de una frustración o de un temor muy grave posteriormente, sería conveniente en ese caso de eliminar ese recuerdo. Vale. Pero yo creo que los demás nos hace tener experiencias. Yo me acuerdo de cosas buenas y de cosas malas, pero no pienso que mi personalidad esté hecha sólo con lo bueno de mí, creo que lo malo también habrá influido porque no me considero un ser perfecto.
Sobre la memoria de los bebés, es increible que tan pronto asocien las cosas para que encima las recuerden. Son procesos muy sencillos para nosotros, pero para ellos debe de ser todo un mundo experimentar eso. Me fascina que comiencen a organizarse de ese modo, porque eso es el cimiento de lo que será su forma de pensar, su memoria, su personalidad... todo lo que se refiera a mente y cerebro. Saber que esa mente sencilla terminará siendo una mente tan complicada y difícil como nos puede parecer la nuestra, crea un alivio de esperanza de que podemos recuperar esa infancia si aprendemos dónde podemos influir para que cada uno aproveche lo máximo de sí mismo.

 
At 15:19, Anonymous Anónimo said...

La memoria es un tema muy interesante alrededor del cual se han forjado una serie de ideas "falsas" como darle a la memoria un segundo plano, quietale importancia, ver la memoria como un ordenador... Pero lo que hay que tener en cuenta es que la memoria contiene toda nuestra información, la información del medio y la información de nosotros mismos.

Muchas personas, dentro de las cuales yo me incluyo, pensamos que los niños no tienen memoria porque nosotros no nos acordamos de cosas que sucedieron cuando éramos bebés, pero lo cierto es que estamos equivocados porque los bebés si tienen memoria, lo que pasa es que es distinta a la memoria que se tiene en la edad adulta.

Los bebés desde pequeños saben reconocer los besos de su madre, la voz...y eso es porque tienen una memoria inconsciente y por ello cuando la madre se acerca al bebé, éste sonríe.

Un tema que me ha parecido muy interesante y con el que no estoy de acuerdo, es el de la castración cerebral, es decir, la acción de suprimir los malos recuerdos de una persona: la vida no solo está formada por bueno recuerdos o por aquellas vivencias que nos son agradables, sino que nuestra vida la componen los dos aspectos -el bueno y el malo- y que eso es lo que forja nuestra persona, nuestra experiencia, nuestro yo.

Además, algunos de esos recuerdos nosotros mismos, con el paso del tiempo, los olvidamos y siempre lo malo se suele olvidar y vivir solo de lo bueno, claro está que aprendemos de los errores.

Ahora,leyendo este texto y a la vez informándome sobre la memoria de los bebés, me doy cuenta de las cosas que desconocía. Yo siempre
he creido que los niños reconocían, por ejemplo a las madres por pura intuición, pero no pensaba que de recién nadidos contábamos con una memoria.

 
At 15:20, Anonymous Anónimo said...

LA MEMORIA DE LOS BEBÉS:
Me gustaría detenerme en lo último que he leído sobre borrar los recuerdos malos. Mientras lía esto he pensado ¿Por qué borrar esos recuerdos? ¿Hasta dónde es bueno o malo hacer eso? No se supone que de los errores aprendemos? ¿Por qué no de los malos recuerdos? Yo creo que los malos recuerdos pueden ser tan útiles como los buenos, porque al fin y al cabo son los que perfilarán nuestra personalidad. Hombre entiendo que, si un mal recuerdo es la causa de una frustración o un trauma posterior, eliminen ese recuerdo. Vale. Pero los demás recuerdos son necesarios. Yo tengo buenos y malos recuerdos de mi infancia, pero se supone que mi personalidad y mi forma de ser también se ha construido con eso, no entiendo porqué se debería eliminar esa parte de mi, si no es realmente perjudicial.
Sobre la memoria de los bebés, me parece fascinante que sean capaces de reconocer algo, asociarlo y encima memorizarlo. Creo que es un sencillo muy sencillo para nosotros pero debe de ser todo un mundo para ellos. Todo lo que les rodea es nuevo para ellos, es innovación. Nosotros creemos que ya lo conocemos todo o casi todo. Pero si tuviéramos la mentalidad de un bebé de no más de un año, a lo mejor veríamos las cosas distintas. La memoria que se construyan en esa época, la forma de ser que empiecen a adquirir, los gustos, lo que prefiere, todo eso que se está comenzando a definir es lo que en un futuro será una mente complicada y difícil como creemos que es la nuestra. Debemos alegrarnos si pensamos que todo esto nos da un alivio de esperanza cuando es posible que podamos intervenir en la educación de un bebé para mejorar, incrementar, acentuar… todas estas cualidades que aunque nos parezca mentira, ya está empezando a desarrollar.

 
At 15:21, Anonymous Anónimo said...

Como bien explica el artículo, unos estímulos adecuados favorecen el desarrollo cerebral del bebé. La ayuda de los padres juega un papel muy relevante, así como la repetición diaria de una serie de actos.

La memoria va ampliándose con los años, aunque los bebés de cualquier edad tienden a reconocer y a recordar más aquellos aspectos cotidianos que tienen un efecto en su vida.

Un detalle que me resulta curioso es nuestra incapacidad para recordar acontecimientos que se produjeron cuando éramos bebés. Este hecho, que recibe el nombre de “amnesia infantil”, a pesar de que no se han hallado respuestas exactas sobre el por qué de este fenómeno (hay teorías que dicen que es debido al desarrollo del lenguaje o a partes inmaduras del cerebro), si es cierto que este periodo de la vida (la infancia) es críticamente importante para el desarrollo posterior y, quizá, como menciona el articulo, esos recuerdos son borrados “porque ya han cumplido la función de formar las bases de nuestra conciencia y de nuestro pensamiento”.

Otro de los puntos que me resulta significativo es como en tan solo uno o dos años de vida, se produce un gran desarrollo cerebral que sienta las bases de lo que en un futuro seremos y también, como es fundamental el cariño y el apoyo recibido por los padres para el correcto desarrollo del bebé ya que, dependiendo de los estímulos que ofrezcan, se desarrollaran y, como he mencionado antes, asentaran las bases de lo que será su personalidad, de lo que en definitiva, serán en un futuro.


Ana Gómez
2º de Pedagogía

 
At 15:42, Anonymous Anónimo said...

A mi desde luego a la hora de ser madre me parecería de vital importancia para el desarrollo adecuado de mi hijo el tener una información como la que Tomás de Andrés da en este articulo. ¿ Se podría afirmar que el simple hecho del fracaso escolar desde edades tempranas se debe a la falta de información de las madres y padres? puede que si, puede que los niños no hayan sido suficientemente estimulados desde el momento de su nacimiento, bien por demasía o por escasez, sea una de las causas de niños con falta de estimulo para el aprendizaje.
Es obvio que la actividad mental del bebé en su primer año de vida no es demasiado activa pero no por eso se debe restar importancia, puesto que se aprenden cosas esenciales para el desarrollo puesto que, en los primeros años, la mente funciona como una esponja que no deja de absorber información constantemente, A mi juicio, muchas madres deberían ir a la " escuela! para poder educar a su bebé desde el momento en el que nace por que como se dice vulgarmente se le da el carné de padre a cualquiera....

 
At 16:33, Anonymous Anónimo said...

Me parece interesantisimo este tema, porque creo que es más complejo hacerse ideas sobre nada previo que sobre experiencias,opiniones ya formadas. Y es mejor aún si se piensa que no es algo repentino ni mucho menos, y que el cerebro del recien nacido funciona sin parar recibiendo estímulos para crear su "base de datos". Pienso que es lógico que los primeros estímulos que lleguen vayan formando parte de la base sustentadora de la personalidad del bebé, no le queda otra que quedarse con lo que recibe a través de los estímulos externos.

Por eso, creo que es vital en esta etapa en la que los bebés no se pueden estimular a sí mismos apenas, que reciban por parte de las personas más cercanas los valores de afectividad, equilibrio, confianza...

En cuanto a la "castración cerebral", estoy en completo desacuerdo, y no sólo por la posible pérdida de estas prontas adqusiciones en la vida del bebé, sino porque si no soportamos algunas experiencias hasta el punto de querer borrarlas de la memoria, pienso que la solución no es el olvido, más bien el proceso de olvido, de fabricar el recuerdo propio. La modernidad no puede superar la evolución propiamente humana.

 
At 17:01, Blogger Cruz Aguado Carrero said...

Desde el nacimiento, el bebé va desarrollando la actividad cerebral y, por tanto la memoria que va a ir ampliándose con los años.
Al comienzo de la vida de un niño resulta más fácil que se le olviden las cosas como pueden ser caras conocidas o algo que haya hecho, por ejemplo salir a dar un paseo.

La primera evidencia de que los bebés menores de un año son capaces de recordar, y por tanto de memorizar, es que son capaces de reconocer principalmente a sus padres y, en menor medida, a familiares cercanos y amigos.

A partir de los 6 meses de edad aproximadamente, es cuando el bebé está capacitado para recordar que cierto juguete le gusta más que otro o a la hora de comer, que le resulta más sencillo tomarse un biberón que una papilla. El bebé ya está preparado para elegir entre unas cosas y otras.
También es capaz de asimilar que si alguien coge la silla de paseo le van a llevar a la calle o si llenan la bañera es que le espera un baño.

En conclusión, aunque pensemos que los bebés no son capaces de memorizar esto no es así, memorizan y recuerdan pero pequeñas cosas.
Además incluir que para un buen desarrollo de la inteligencia del bebé es necesario que los padres estimulen la memoria de sus hijos.

 
At 18:38, Anonymous Anónimo said...

Nuestra propia experiencia vital nos contesta fácilmente a la pregunta: “¿Podemos recordar las experiencias vividas durante nuestro primer año?”. Me he cruzado con mucha gente en mis 19 años, unos 17 recordando, y, hasta ahora, nadie ha afirmado recordar algo antes del año y medio (siendo la persona del año y medio ya alguien excepcional). Por lo que la respuesta a la pregunta sería “No”.
Pero no dudo, por otra parte, que aun tengamos recuerdos, aunque sea muy ocultos, sobre ese primer año. Que no podamos recordarlos no tiene por qué significar que no existan, ¿no es así? Para demostrar esto puede remontarme al siglo XVIII, cuando se comenzó a utilizar la hipnosis clínica (sin contar la hipnosis usada por los egipcios en los “templos del sueño”). Mediante esta hipnosis se lograban hacer regresiones a los primeros años de vida del paciente, incluyendo este primer año. Por esto es por lo que digo que son recuerdos que, aunque nos parezcan inaccesibles, están almacenados en algún punto, al que no podemos llegar conscientemente, de nuestro cerebro. Es probable, que mediante algún proceso de auto-hipnosis alguien pueda llegar a conseguirlo, no lo se, pero seguirá estando en un estado no consciente.
Es por tanto una difícil tarea tratar de llegar a la conclusión exacta de la pregunta planteada al principio del texto, ya que algunos argumentos, como mi propia “investigación” (si es que puede llegar a llamarse así) me sitúan en contra y otros, como los argumentos de la hipnosis, me sitúan a favor. Espero que, con el tiempo, se vaya avanzando para resolver finalmente esta incógnita.

Jesús Contreras Hernández. 2º Pedagogía.

 

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